
Pese a las pirámides de Egipto, el mausoleo de Halicarnaso, el Taj Mahal y un sinfín de monumentos similares que sirven de última morada a figuras destacadas de la Historia, hay unos cuantos nombres propios de nuestro pasado a los que hemos perdido la pista tras la llegada de la parca. Conocido es el caso de Alejandro Magno, pero más misterioso si cabe y mucho menos familiar es el de Gengis Kan, cuyo lugar de enterramiento sigue siendo un misterio.
¿Quién fue Gengis Kan?
El que hoy conocemos como Gengis Kan fue un hombre peculiar. Desterrado a temprana edad, dado por muerto, reencontrado, fue capaz de levantar un imperio incomparable desde la más absoluta miseria y dejó tras él tal cantidad de vástagos con sus cientos de esposas que, literalmente, una buena parte de la población de la actual Mongolia es descendiente del gran caudillo que llevó a su pueblo, nómada y dividido en sus comienzos, a convertirse en protagonista por derecho propio de la Historia.
Sus logros son indudables y su influencia en la Edad Media inconmensurable, pero su leyenda es quizá uno de sus mayores legados.
De hecho, ni siquiera sabemos cómo murió.Gengis dejó, adrede, que su historia se contase en los fuegos del campamento y se esforzó porque los chamanes hablasen de él con devoción.