.jpg)
Aunque es habitual oír hablar de lo comercial como algo sin calidad, y puede que sea cierto, sin embargo, creo que hay libros de enorme éxito que no se merecen la consideración de tener poca hondura literaria.
Es indudable que el beneplácito de las masas no supone que un producto, una novela, una película, una canción o cualquier otro ejemplo que desee ponerse pueda considerarse aval suficiente para asegurar que el producto, la novela, la película, la canción o lo que se corresponda alcance los
más altos estándares de la disciplina correspondiente. Eso no puede negarse. Desafortunadamente hay multitud de ejemplos.
Uno de los libros más vendidos de los últimos tiempos ha sido la trilogía de Cincuenta sombras de Grey y he de confesar que, para mí, resultó un fenómeno incomprensible.
En mi opinión fue un auténtico desperdicio de papel, y no comprendo cómo pudo tener tanto éxito un argumento que trataba de forma tan vejatoria a las mujeres. No me cabe duda de que es un ejemplo perfecto de producto de masas que no tiene ningún valor.
Pero, a mi modo de ver, es una excepción.
Por ejemplo, respecto al fenómeno de Dan Brown y su código puedo, ahora que ha pasado el tiempo y reconociendo que hubiera sido incapaz de anticipar el resultado, entenderlo. Pese a que buena parte de la temática había sido tratada de forma mucho más brillante en otras novelas, el estilo ágil y rápido, el impacto de las verdades sesgadas y otras virtudes del novelista americano eran llaves hacia el éxito.
Lo mismo me sucede con la saga de Harry Potter. Aun a pesar de lo que opinen críticos más sesudos, me parece sólida y bien construida. No la compararía con la obra de Góngora, por supuesto, pero comprendo su éxito, presentó un universo entretenido y novedoso a los lectores, me parece un trabajo meritorio, sin duda alguna. Ahí le doy la razón a Stephen King que también a defendido a la escritora inglesa sin tapujos.
De igual modo, también puedo asimilar el enorme éxito de la saga Milenio. O del último fenómeno de ventas nacional: la novela Patria de Aramburu; a mí no me parece lo mejor que ha escrito el novelista vasco, pero creo que, en el momento justo, ha sabido presentar una historia que refleja, de un modo acertado desde el punto de vista literario, una realidad incómoda.
Podrían ponerse muchos más ejemplos. Infinidad de ellos. Y, a excepción de Cincuenta sombras de Grey y un puñado más, siempre encuentro meritos que otorgarles a esos grandes éxitos comerciales. Dicho de otro modo, no me incomoda la popularidad de un título para reconocerle valía. De hecho, la gran mayoría de lo que hoy consideramos clásicos de la literatura universal fueron, en su momento, auténticos fenómenos de masas; para muestra basta fijarse en la obra de Cervantes, el éxito internacional que tuvo la vida de Alonso Quijano fue apabullante, un auténtico superventas resultó ser el Quijote.
Lope de Vega llenaba los teatros, una y otra vez, un año tras otro, los llenaba. Era popular y no por ello se le juzga ahora con desdén. Por eso no logro entender por qué motivo existe, en estos tiempos, esa aura en torno a los libros que despuntan en las listas de ventas.
Es cierto que no es una opinión unánime de la crítica y es también cierto que no soy el primero en escribir algo semejante, y tampoco seré el último.
Pero sí creo que soy el primero al reflexionar en paralelo y cuestionarme por qué no sucede lo mismo con la música o con el cine.
Cuando una canción sin ínfulas logra poner a bailar a millones de personas no se oye en el runrún de la calle que es una pieza sin calidad, simplemente se acepta como una moda y se deja pasar.
Cuando una película logra que millones de espectadores se compren una entrada en todo el mundo no se extiende el concepto de que es una obra mediocre, puede ser tratada con menor o mayor calidez por la crítica, pero nada más.
Quizás sea cosa mía. A fin de cuentas, uno de mis escritores favoritos es Stephen King y él mismo ha calificado su literatura como comida rápida, abundante y barata. Y, sin embargo, a mí, me parece que, en unos años, veremos al señor King en los libros de literatura americana…